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La investigación basada en evidencia

¿De qué se trata? ¿Para qua sirve? ¿Dónde puedo encontrar investigaciones basadas en evidencia?

¿De qué se trata?

La investigación basada en evidencia es exactamente lo que aparenta: son estudios realizados, a menudo por científicos y académicos, que utilizan experimentos para comprender la validez de una idea. Dado que los experimentos siempre dan resultados, independientemente de que sean buenos o malos, los resultados sirven como evidencia. Una vez se llevan a cabo suficientes experimentos, se obtienen datos fiables que pueden emplearse para apoyar o desacreditar la hipótesis sobre el suplemento. En particular, cuando los experimentos se ejecutan según el “estándar de excelencia”, utilizando un grupo de muestra doble ciego: la mitad del grupo recibe el suplemento real y la otra mitad recibe un placebo, y los investigadores no saben qué grupo recibió qué suplemento.

¿Para qua sirve?

En el mundo de la medicina moderna, muchos tratamientos preventivos incluyen suplementos dietéticos. Por ejemplo, uno de los suplementos más comunes que se toman en el mundo es la vitamina D. Muchas personas en el mundo tienen una deficiencia de vitamina D porque no pasan suficiente tiempo a la luz del sol, que es la principal manera en que la obtenemos. Sabemos que la gente necesita tomar suplementos de vitamina D porque miles de estudios han demostrado la eficacia de hacerlo una y otra vez.

Por cada nuevo tratamiento o efecto benéfico que podamos conseguir cambiando lo que consumimos y nuestra forma de vida, suelen existir estudios realizados que nos dicen más sobre esos efectos y sobre si debemos creernos el revuelo publicitario.

Es posible que alguna vez hayas leído un artículo en un periódico o una revista que hablaba de algún gran descubrimiento que podría cambiar las reglas del juego de en los ámbitos de la salud. Por ejemplo, sobre los perjuicios de sentarse demasiado tiempo en una silla. O cómo mirar la pantalla de tu teléfono en las altas horas de la noche, debido a la exposición a la luz azul, hace más difícil la conciliación del sueño. Pero a lo que quizá no hayas prestado atención es que estos artículos a veces, pero no siempre, hacen referencia a estudios científicos que prueban lo que afirman en el artículo. Es importante que, antes de tomar como cierto cualquiera de los consejos que te sugieren estas fuentes de información, compruebes que existen pruebas científicas respaldando las afirmaciones. Los creadores de contenidos y los periodistas exageran, con demasiada frecuencia, los resultados positivos o negativos de un estudio científico. O simplemente no les queda espacio en su artículo para mencionar detalles. La mayoría de las veces, sin embargo, podemos contar con un enlace que nos guía del artículo al estudio al que hacen referencia. ¡Y aquí es donde las cosas se ponen interesantes.

Siempre que puedas encontrar la investigación en cuestión, puedes encargarte tú mismo de comprobar los hechos y decidir si hay algo que aprender de esa investigación. O si la interpretación de los datos se basa más en palabrería que en hechos. Y para las almas más valientes:  ¡tú puedes incluso elegir tu propia aventura! Puedes buscar entre los millones de investigaciones científicas disponibles en Internet para encontrar otras que te interesen.

¿Dónde puedo encontrar investigaciones basadas en evidencia?

Una de las fuentes más fiables de investigación basada en evidencia es PubMed. PubMed, una base de datos en línea de proyectos de investigación científica. Se trata de un recurso estupendo para hallar investigaciones científicas basadas en evidencia. A menudo se hace referencia a los beneficios o perjuicios de los alimentos que comemos, del estilo de vida que llevamos, del entorno en el que vivimos y, por supuesto, de los suplementos que consumimos. Pero cuando esas afirmaciones se hacen sin hacer referencia al estudio que las prueba, los lectores son engañados. O casi igual de grave, cuando estas afirmaciones exageran la credibilidad de los resultados de un estudio, ya sea porque el tamaño de la muestra no era lo suficientemente grande, los datos demográficos estaban sesgados, o cualquier número de otras variables estaba sesgado, permitiendo resultados favorables. 

Para bien o para mal, a la mayoría de la gente no le interesa indagar en investigaciones técnicas, pues no es tarea fácil. Pero es importante para cualquiera dispuesto a tomar cargo de su salud, y que desee prevenir los problemas de salud - en lugar de esperar a que aparezcan síntomas de enfermedades e indisposiciones que podrían haber sido más fácilmente evitadas en etapas tempranas -  saber cómo separar los hechos de la pseudociencia. 

Señales de alarma - ¿Que tienes que tener en cuenta ?

Es posible saber cómo cerciorarte si un estudio científico cumple con  los requisitos necesarios sin necesidad pasarte horas y horas consultando investigaciones.

Citationes

Por un lado, es preferible tener muchas a una sola investigación confirmando el hecho. La literatura de PubMed está llena de citas que vinculan varios estudios en forma de citaciones. Si al examinar una supuesta afirmación científica no encuentras ninguna investigación o solo una, y esta no es citada por otras publicaciones, es algo a lo que debes prestar atención.

Humanos o Animales?

Dejando a un lado las cuestiones éticas, ¿el estudio se basa en animales de laboratorio (ratones o monos), en otra forma de vida o en seres humanos? Un típico primer paso en la jerarquía de la investigación es comenzar con microorganismos (levaduras, bacterias, etc.), aunque a veces este paso se omite por completo y la investigación comienza con ratones. Si los resultados con ratones son prometedores, en algunos casos se forman grupos de voluntarios humanos. Esto es una gran simplificación del proceso, pero es importante tener en cuenta que las nuevas áreas de investigación rara vez comienzan con ensayos clínicos en humanos. Hay muchas razones científicamente relevantes para seguir este proceso. Y, aunque a veces un hallazgo con ratones puede vincularse a un resultado similar en humanos, lo cierto es que no siempre es así. Así que debes ser prudente y comprobarlo.

Tamaño de muestra

Otro factor importante es el número de sujetos analizados, o la muestra, en un estudio, ya sean ratones o humanos. ¿Cuántas personas se sometieron al ensayo clínico? ¿Diez? ¿Cuarenta? ¿Diez mil? Esto puede suponer una gran diferencia.

Estadísticamente, lo que le ocurre una vez a un sujeto no tiene por qué ocurrirle de forma igual a otro. Muchos ensayos clínicos, sobre todo con seres humanos, se realizan con grupos pequeños de menos de cien participantes.  Esto se debe a que es costoso y requiere mucho tiempo organizar grandes grupos de voluntarios para participar en un experimento. Treinta voluntarios independientes ya sirven como base mínima para obtener resultados estadísticamente relevantes. Pero este tamaño de muestra puede, fácilmente, resultar problemático. Por regla general se puede decir que mientras más grande sea el tamaño de la muestra, mejor.

Los márgenes de los resultados

<p>Un detalle que a menudo se pasa por alto en los resultados de estudios clínicos son los márgenes de variación en los resultados. Muchos resultados están midiendo una diferencia o un cambio. Por ejemplo, se puede esperar que los participantes tengan un nivel alto de ciertos marcadores en la sangre, o que evalúen ellos mismos  que cambios perciben en su condición.

Numerosos estudios demuestran cambios entre el 3 % y el 6 %,  y en algunos casos puede tratarse de una noticia revolucionaria. En otros, estamos hablando de algo apenas perceptible. Un cambio del tres por ciento en los niveles de energía a lo largo del día son insignificantes. Se trata esencialmente de un margen de error. Que puede considerarse un cambio positivo dependerá de un estudio a otro. Cuando evalúes la credibilidad de un estudio, ten en cuenta el valor del cambio en los resultados y plantéate si es suficiente para flipar en colores o si necesitas ver resultados más definitivos.

Datos demográficos

Cuando se ha realizado un ensayo clínico con personas, lo siguiente que hay que tener en cuenta es quiénes fueron los participantes. La mayoría de las veces no se encuentra mucha información al respecto, pero la edad y el sexo de los sujetos deberían estar disponibles. A veces también se incluyen los hábitos de vida: fumador, no fumador, historial de ejercicio, etc. Comprender cómo comparas con los sujetos de la investigación te ayudará a decidir si los resultados son relevantes para su propio estado fisiológico.

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